La familia es uno de los primeros contextos sociales
del desarrollo humano. Sin embargo, ha tenido escasa presencia en los
currículos universitarios tradicionales. Hoy la terapia familiar se encuentra
ante el desafío de cumplir la expectativa social de ser un lugar de referencia
en un contexto descreído de las creencias de validez general.
Los patrones de conducta que definen rituales de unión, reproducción y crianza, compartidos de algún modo en un marco de derechos y prohibiciones sexuales, legales, económicas y en un régimen de lealtades afectivas sustentadas en el amor, el temor y un código de respetos mutuos legitimadas por la tradición y las costumbres, han registrado transformaciones, en general relacionadas con el modo de producción y el trabajo. Pero aun así persisten y constituyen invariantes que permiten pensar a la familia como un universal.
Familia y Psicología
El origen de la inquietud por lo psicológico se
pierde en los tiempos remotos, en la mitología, la filosofía y la religión.
Aquellos orígenes estaban signados por la preocupación en las relaciones del
hombre con los dioses y luego en nuestro mundo y con Dios.
La familia en el mundo académico
La sorpresa no es menor cuando nos acercamos al mundo
académico; allí resulta que la familia, uno de los primeros contextos sociales
del desarrollo humano y de los principales predictores del ajuste psicosocial
de la persona, ha tenido tradicionalmente escasa o casi nula presencia en los
currículos universitarios.
Aunque las actuales aplicaciones profesionales de
la psicología se han extendido y abarcado disciplinas e instituciones como la
comunidad, la escuela, las migraciones, el derecho de familia y la minoridad o
problemas como las adicciones, la violencia familiar y de género, la inclusión
social de jóvenes, etc., la familia permanece excluida o apenas nombrada como
un ítem en los programas de Psicología del Desarrollo o Psicología Clínica.
La familia como agente terapéutico
Con dificultad para trabajar con las familias
usando los conceptos provenientes de una psicología de conductas individuales y
de subjetividades “intracraneales”, los noveles “terapeutas familiares”
eligieron para acercarse al “nuevo” objeto de estudio las novedosas ideas
científicas que cuestionaban los enfoques tradicionales de la ciencia positiva
vigente. Introdujeron en el estudio de las personas y sus familias los
conceptos de la Teoría General de los Sistemas, la Cibernética, la Teoría de la
Información, la Nueva Lingüística y reconstruyeron la Teoría de la
Comunicación, tendiendo un puente entre esas nuevas ideas y las cuestiones
psicosociales y convirtiendo la familia en un laboratorio de investigación
psicológica y psicoterapéutica
La familia empezaba a ser descripta como una mente
compleja, un sistema constituido por patrones comunicacionales observables,
recursivos y relativamente estables. Un sistema que mediatizaba las relaciones
entre el ser humano, sus pensamientos y creencias y el entorno de la vida
social más amplia, un sistema que se desarrollaba en un ciclo vital familiar
que entrelazaba lo biológico con lo social, constituyendo la individualidad
psíquica del ciclo vital personal a lo largo de toda la vida. Un sistema que,
en continua adaptación a su entorno, muchas veces generaba dificultades
funcionales cuyo resultado eran malestares significativos (o patologías)
instalados en alguno o algunos de sus miembros.
El impacto de la postmodernidad
La idea de una etapa histórica concreta llamada
posmodernidad está tan difundida como discutida. De todos modos, el concepto
hizo lugar a la idea de que desde la posguerra mundial se desarrolló y
predomina hoy cierta cultura que desacraliza las grandes creencias y teorías,
incluidas aquellas que caen en la denominación de religiones y ciencia. Se
cuestiona la búsqueda heredada de la Ilustración de una verdad y predomina un
relativismo amparado en el descreimiento, la ambigüedad y cierto desencanto por
la ideas de razón, legitimidad, estabilidad, progreso o libertad que hasta
entonces guiaban las instituciones.
Entre los pocos años que transcurrieron desde la
posguerra a la actualidad, se asistió también a varios fenómenos como la
modernización tecnológica, la proliferación de los medios de comunicación de
masas y las tele presencias, la urbanización acelerada y los procesos
migratorios masivos y veloces. Cuánto y cómo afecta esto la conducta humana es
un tema de conversación cotidiano en gran parte del planeta.
Cuánto y cómo esto afectó la vida de la familia
tiene su reflejo en las interacciones familiares de cada día. La rutina de la
familia rural de hace cien años recibió el impacto de las migraciones a las
grandes urbes, de la duplicación de la esperanza de vida, del control de la
fecundidad natural y el desarrollo de la fecundidad asistida en sus múltiples
variantes que incluyen hoy una potencial clonación de seres humanos, del fin
del amor religioso y romántico como amor para toda la vida, de la legitimación
del matrimonio homosexual, del surgimiento de las familias mono parentales,
homo parentales, ensambladas, etc.
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